jueves, 17 de diciembre de 2009

VICTORINO Y LA NIEBLA

Santos García Catalán. Con un frío polar partió la expedición de la Peña hacia tierras cacereñas. Concretamente a la finca "Las Tiesas de Santa María" , en el término de Portezuelo. Una densa y fría niebla nos recibió, a pesar de que los meteorólogos pronosticaban 16 grados y sol. Seis kilómetros de camino nos llevaron hasta los dominios del ya mítico ganadero de Galapagar. "Las Tiesas de Santa María" reúnen 3.000 hectáreas en una sola finca dedicada única y exclusivamente para el toro bravo y un conjunto de caballos pura sangre.
Allí, entre la niebla, fueron apareciendo los "patasblancas" de Vega-Villar; descomunales de presencia. Luego, como majestuosos, aparecieron los "victorinos", algunos cinqueños, que se lidiarán en la primera feria importante de la próxima temporada: Castellón.

Dos remolques albergaron a las 55 personas que nos desplazamos hasta esta emblemática ganaderia para presenciar in situ a estos bellos animales que, a pesar del frío reinante, mereció la pena viajar y adentrarse en la penumbra de la mañana cacereña. Antes nos habíamos pertrechado contra el frío con los manjares que llevaron algunos excursionistas en donde no faltaron las clásicas botas de buen vino ribereño.

Tras la visita campera rematamos con la presencia del popular ganadero en su museo: un auténtico santuario taurino donde aparece en primer plano e inundando la sala de sabor taurino "BELADOR"; el único toro indultado en la historia de Las Ventas. "BELADOR" fue lidiado y perdonada su vida por Ortega Cano el 18 de junio de 1982. Una tarde histórica. Con "BELADOR" como testigo nuestro presidente, el Dr. Grajal, hizo entrega de unos obsequios a la familia Martín. Nuestro activo socio, el amigo Castellanos, también hizo entrega a Victorino de un recuerdo fotográfico cuando el veterano ganadero nos visitó la pasada primavera en los "Domingos Literarios de la Peña" cuando se le rindió un merecido homenaje. Victorino nos ofreció una generosidad fuera de lo común al recibirnos en su casa y posar para la posteridad ante la insistencia de los peñistas que, cámaras en ristre, no dejaban de disparar. Y es que tener una foto junto al mítico Victorino es como un trofeo preciado.

Una noche de fiesta y buen yantar en la capital cacereña nos permitieron tomar fuerzas para el día siguiente que visitamos la monumental Cáceres. Andar por sus calles medievales y tomar unos vinos en su plaza es todo un deleite, sobre todo por lo soleado de la mañana. Finalmente almorzamos en otro lugar taurino por excelencia como es el Restaurante "El Pato", propiedad del que fuera matador de toros cacereño de los años 80-90 Emilio Rey.
Con el torero departimos de su etapa torera y nos llevamos su recuerdo en fotografías.

Hacia media tarde partimos para Pucela haciendo parada obligatoria en un restaurante jamonero de la localidad salmantina de Martín Amor, el pueblo natal de Rafael Farina. Juan Luis, nuestro conductor de la empresa Guerrero, nos trajo sanos y salvos con una excursión magnífica organizada como todas las anteriores por Viajes Halcón, de la calle Gamazo. La próxima salida ganadera será en primavera y está por decidir: Bañuelos, los toros del frío, o El Pilar, en tierras charras. Hasta pronto.

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